domingo, 28 de junho de 2009

Informe de la 4ª Brigada a los territorios ocupados del Sahara

miércoles 24 de junio de 2009

INFORME NUESTRA EXPERIENCIA EN LA CIUDAD OCUPADA DE EL AAIUN,


Fecha Viaje: 6 y 07 de Junio

Componente Delegación: INES JIMENEZ MARTIN y DELIA RAMIREZ BENÍTEZ

Nos habían prevenido para que actuáramos con naturalidad, porque
aunque no se percibiera, estaríamos perseguidas y vigiladas todo el
tiempo. Que no existiría peligro para nosotras, porque realmente
nuestra presencia en la ciudad del El Aaiún, - solo a 100 kilómetros
de nuestra tierra -, lo sería en calidad de "turistas". Que la
ocupación policial es tan exagerada, que a los extranjeros como
nosotras nos intimidaría. Que lo que nos iban a contar, nos iba a
estremecer....

De lo que no nos previnieron, es que nos íbamos a encontrar con
experiencias contadas por parte del pueblo saharaui, -ahora dividido
entre los campamentos de refugiados de Tinduf y el Sahara Ocupado -
mujeres y hombres fuertes, orgullosos, sin miedo, con una dignidad que
está por encima de todos los sufrimientos, torturas, injusticias...

Las mujeres y hombres saharauis, solo quieren su derecho a decidir
sobre su futuro, el mismo derecho que la legalidad internacional
reconoce y que Marruecos bloquea constantemente. Que se celebre un
referéndum que decida definitivamente la Independencia de su pueblo. Y
están preparados, como nos decía Brahim "es lo único que queremos,
porque por derecho nos pertenece, de aquí nos han intentado desalojar
con todos los medios y estrategias más violentas inimaginables.
Nuestro pueblo lo sabe, y nos llevamos preparando durante treinta
años. Cometeremos errores, pero serán los nuestros y no los de un
gobierno invasor, que sin escrúpulos ha intentado someternos a la
fuerza, no solo no queremos, es que no sabemos doblegarnos, y es por
eso que se justifica todo este sufrimiento durante tantos años..."

Brahim, un saharaui de 43 años, que nos contó parte de las vivencias y
sufrimientos en todos estos años, de sus detenciones y
encarcelamientos, de las torturas a las que había sido sometido. Sí,
nos contó parte de todo, porque su objetivo era que nos contaran otros
lo que a veces es muy duro rememorar. Hablamos de muchas cosas, de
cosas que contamos solo a los amigos, paseamos por la ciudad, tomamos
té en la playa, conocimos a su familia y a su pequeño hijo,.. De
nuestro amigo Brahim, nos quedamos con una experiencia que nos contó
cuando en Egipto compartiendo una mesa redonda con expertos
internacionales de Derechos Humanos, testigos de procesos judiciales,
leyes represivas... y en el momento que le tocaba intervenir, no pudo
articular nada y le salió un puñetazo a la mesa...sólo quería expresar
que los torturados, los desaparecidos, los... no son héroes, ellos
tienen claro su causa, sólo necesitan cariño, amor, solidaridad, y eso
por muy expertos que le acompañaban, ninguno había sufrido lo que él…”
y nadie lo sabía...

El objetivo de nuestra visita fue observar "in situ" esta realidad,
encontrarnos con la población saharaui que ha permanecido en el Sahara
Ocupado por Marruecos y que llevan tres décadas de manera más o menos
activa, en una suerte de resistencia a dicha ocupación. Encontrarnos
con militantes saharauis defensores de los derechos humanos, verificar
sus denuncias, escuchar los testimonios de los ex presos políticos
víctimas de la represión y de las torturas y a sus familias. Pero
teníamos especial interés en conocer a mujeres y a su experiencia, y
decirles que estamos muy cerca, animar a los que han mantenido y
siguen luchando por la causa saharaui y a la vez sufren de manera
intensa la represión del gobierno marroquí.

Mantuvimos intensos y diferentes encuentros durante el día que duró la
visita. Sin duda, los testimonios más desgarradores nos los ofrecieron
ellas, víctimas por partida doble, como madres y esposas, y como
protagonistas de una parte de la historia de su pueblo con mucho
sufrimiento.

Ghalia y varias mujeres saharauis, mujeres activistas, las cinco con
experiencias terribles, torturas salvajes, apresadas sin justificación
alguna durante años, separadas de sus familias, que las creían
muertas, sometidas a todo tipo de vejaciones, humilladas v en las
condiciones higiénicas más deplorables, nos contaron muchas cosas.

Nos hablaron de las "DESAPARICIONESES FORZOSAS". Nos costó entender el
concepto, que no era otro que entrar en los domicilios de los
saharauis y llevarse a la fuerza a los adultos, hombres, mujeres,
abuelas... distribuirlos por diferentes cárceles marroquíes y
desaparecerlos. Se cuentan unos 350 que después de sufrir todo tipo de
torturas han ido liberando sin celebración de ningún tipo de juicio,
unos a los 5, otros a los 11 años,...

Para la sociedad saharaui, las mujeres, son parte de lo divino, son
sus madres hermanas e hijas y se les debe una protección especial. Eso
lo saben los torturadores marroquíes, y una forma extra de humillación
y tortura era someter a sus mujeres a todo tipo de vejaciones. Las
desaparecidas forzosas, perdían su juventud, sus estudios, su
posibilidad de tener hijos. Entre las torturas, y como regla, le
vendaban los ojos permanentemente con un paño sucio del que les salían
bichos que anidaban. Las hacinaban en unos cuartos de no más de 30
metros, durmiendo en el suelo hombres y mujeres, sin higiene. Para
hacer sus necesidades las empujaban a un agujero a base de golpes para
orientarlas, siempre con los ojos vendados. Menstruación tras
menstruación sin protección, quemadas con líquidos inflamables que los
combinaban con lejía, agua sucia,.. y con un sifón se lo rociaban en
su cara para asfixiarlas y hacerlas hablar. La suelta de perros, en
sus calabozos para que las atacaran, era de las cosas más temibles...


Todo lo que nos contaron nos impactó de una forma brutal, las secuelas
no son sólo sicológicas de tanto sufrimiento, humillaciones y
vejaciones, (desnudándolas para que fueran avergonzadas por los
militares marroquíes). Las secuelas evidentemente son también físicas,
han perdido visión debido al vendaje permanente. Del resultado de los
líquidos inflamables, algunas perdieron definitivamente su pelo,
piezas dentales, secuelas en sus articulaciones ( las empalaban
amarradas, y volteaban sus cuerpo al modo de un pollo asado) .

Esas cinco mujeres estuvieron algunas horas con nosotras. Es verdad
que además de todo nos contaron que están intentando ser felices,
cuidar de sus hijos y de su familia, - las que han podido tenerlos -,
se nos presentaban mujeres fuertes, dignas, guapas, y nosotras no
pudimos más que transmitirles nuestro compromiso y solidaridad y
sentirnos orgullosas de compartir nuestra condición de mujeres.

Nos reunimos también con un grupo de jóvenes de veinte y pocos años,
detenidos de manera arbitraria, por supuestos "tráfico de drogas",
"quemar coches policías", “toda suerte de delitos comunes…” torturados
en la terrible "Cárcel Negra" en El Aaiún, sin juicio, por poner en
peligro la seguridad del reino de Marruecos. Con las madres del grupo
de los 15 desaparecidos. Jóvenes desaparecidos, cuyo único delito fue
exigir la autodeterminación de su pueblo. Ellas sienten que sus hijos
están vivos en alguna de las terribles cárceles marroquíes, pero
sufriendo lo que sus mentes no pueden imaginar.

El Sáhara Ocupado es por otro lado, una ciudad árabe aparentemente
casi normal, si obviamos la continua presencia policial en todas sus
variadas formas, de paisano, de azul, de caqui…. Su clima es muy
parecido al nuestro, sus dunas son como las de Fuerteventura. Paseamos
a pié por el mercado, por los alrededores de la mezquita, por sus
lugares más emblemáticos, por alrededor de los cuarteles militares, la
playa,.. Eso sí en todos los lugares posibles, fotos del omnipresente
rey de Marruecos. La ocupación evidentemente no es solo militar, es
más sociocultural y de población marroquí.

No sentimos miedo en ningún momento, estábamos absolutamente
protegidas por nuestros amigos y amigas saharauis que han sufrido tal
violencia física en sus propios cuerpos y en su alma, que ahora nadie
los va a callar y su valentía es la nuestra, y su firme y justa
voluntad y determinación por la causa saharaui también lo es. La
tortura no les ha doblegado, realmente les ha dado más fuerza, nos
quedamos con el mensaje de Brahim: "Nosotros no somos héroes, solo
queremos que el mundo sepa nuestra verdad, y que nuestro pueblo vuelva
a tener su tierra, y vivir en paz".

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